Excursión a Campo Real

Miércoles 9 de Diciembre. 

Este día Tomas y yo nos fuimos de excursión a comprar aceitunas y queso a Campo Real. Se encuentra relativamente cerca, menos de 30 kilómetros desde Madrid.

El pueblo de Campo Real es un autentico caos, las calle son muy estrechas y con unas pendientes en el caso de algunas absolutamente escalofriantes.

Como detalle, es la primera vez que el GPS del coche me dice al llegar a una rotonda que tome la SEPTIMA SALIDA. La verdad es que dimos dos vueltas y nunca llegue a contar siete salidas.

Por si alguien tiene interés aquí esta el callejero.

Mención especial merece la calle del Riesgo, que hace honor a su nombre y tuvimos que atravesar camino de la fabrica de aceitunas. Es una calle donde mas vale que no te deje de funcionar el freno de mano o donde no se te ocurra hacer ninguna pirueta ya que lo puedes pagar con serios desperfectos en tu vehículo o tu maltrecho cuerpo.

Aún así Campo Real tiene cosas interesantes:

 

Llegamos pronto y nos fuimos a comprar Aceitunas a una dirección que habíamos encontrado en Internet:

Aceitunas Gonzalez SL

Callejón de las Eras Bajas, 2

918 73 30 66

Las aceitunas son el producto por excelencia, compramos de dos variedades:

Las típicas de Campo Real, nuevas y unas denominadas de la abuela que son aliñadas pero no muy fuertes. Están también buenísimas.

En la misma calle hay un despacho o tienda de queso, tienen varios tipos, normal curado y reserva.
En general son quesos muy normalitos, eso si, muy baratos.

A la hora de comer, teníamos tres opciones, en las búsquedas que habiamos hecho a traves de internet: 

Restaurante Las Nogueras: Por este pasamos, pero no nos convenció mucho.

El Descanso. En este según Tomás, tienen como especialidad el Rabo de Toro, que a mi me encanta.
Fuimos camino de él pero para mi desgracia o bien estaban de vacaciones o era su día de descanso.

Casa Jose La Ruta, que fue en el que acabamos. Al final vimos que tenía Cocido como plato del día y nos decidimos por él. Nos costo muy barato, 9 Euros y por ese precio el cocido no estuvo mal.

En fin, disfrutamos de buen tiempo, un viaje corto y un día agradable, quizás volvamos alguna vez a probar el Rabo de Toro que en mi caso me quede con las ganas de comerlo.